domingo, 22 de marzo de 2020

Diario de una cuarentena

Decidí convertir mi blog en mi escape de esta cuarentena.

Día 9.

Soy una persona que sufre de ansiedad. No, la ansiedad no es ponerse nervioso, ni esas cosas románticas que suelen poner. La ansiedad hace que mi cabeza vaya al mil por hora y piense 20 escenarios distintos, la mayoría fatídicos de lo que puede pasar si hago tal o cual cosa.

Mi ansiedad en un contexto como este (COVID-19) es lo peor que me ha podido pasar.

Llevo 9 días sin salir para nada, estoy encerrada con mi hijo, leyendo cada que puedo, buscando casos reales, viendo cifras, sufriendo con cada tweet, cada estadística, cada palabra que se relaciona con el coronavirus y todo esto lo hago mientras cuido a mi hijo, lo entretengo, trabajo, hago de comer, aseo un poco la casa...

En el trabajo de mi novio no lo han dejado hacer home office (HDLCH), así que mi ansiedad me obliga a ponerlo en cuarentena. ¿Qué significa? Que cuando llega de trabajar se cambia los zapatos, los que trae los pone en una bolsa, todo lo que trae en sus bolsillos lo pone en el piso, yo lo rocío de Lysol, si quita pantalones y camisa, pasa a lavarse las manos al lavadero (no al baño) limpia su celular con una toallita desinfectante, se vuelve a lavar las manos, se mete a bañar y se coloca su cubrebocas. Duerme en el sillón y limita el contacto con nosotros. Sí, suena extremo, pero más vale. (La ansiedad habla por mí). Agradezco infinitamente cuánto me ama y apoya las acciones que pueden hacer que mi ansiedad baje; además que este protocolo es lo sugerido por las autoridades sanitarias.

No saber qué va a pasar después, cuándo va a terminar y qué tan horrible se va a poner, es lo peor que puede pasarle a una persona con ansiedad. Me preocupa mi mamá, mis suegros, mis sobrinos, mi hijo, mi familia. Desearía que todos pudiéramos parar y encerrarnos, para que no existiera ni un mínimo de riesgo. Me pone mal que los viejitos tengan que salir a conseguir comida para sobrevivir y, al mismo tiempo, ponerse en riesgo de muerte al arriesgarse al contagio.

Odio a los que toman la cuarentena como si fuera un pinche retiro espiritual, esto está de la verga, no sean ridículos, no todos tenemos un piso entero a nuestra disposición para desaburrirnos, mi depa es de 62m2, apenas y cabe nuestro sillón.

Vivir con ansiedad en este contexto está horrible. Llevo 9 días, aún estoy cuerda. Se aceptan sugerencias para manejarla (además de, claramente, dejar de ver noticias y tweets a lo idiota).